LAS ESPECIAS
“Hay colores que, por sí solos, parecen insípidos, pero que a un pintor exigente le faltarían muchísimo, así pasa con las especias. De forma aislada, no son comestibles y, sin embargo, son los elementos esenciales de una gran cocina exitosa”.
(Gregoire Lacroix)
Las especias evocan países lejanos, lujos orientales, grandes viajes por mar y por tierra, o rutas legendarias. Durante mucho tiempo quienes con ellas comerciaban guardaron con celo el secreto de sus orígenes, y grandes navegadores y viajeros cultivaron su aura exótica y difundieron sus leyendas.
Influyeron en el dominio del Mundo Antiguo, determinaron buena parte de los flujos comerciales de la Edad Media, e impulsaron el descubrimiento de nuevos mundos, por lo que han sido determinantes en buena parte de la Historia de la Humanidad.
Están presentes en todos los continentes pues su variedad es tal que crecen bajo casi cualquier clima. Especias locas, de fondo, de acabado; especias que son cortezas, semillas, frutos, arilos, rizomas; especias que se recogen en lianas, hierbas, árboles gigantes y centenarios, en desiertos, montañas, prados, selvas o pantanos; especias que fueron más valiosas que el oro, que fueron moneda de cambio y que hoy no son más que figurantes en nuestras cocinas; nuevas especias o especias tan antiguas que han desaparecido: cada una de ellas, con sus particularidades y sus usos, cuenta su propia historia. Con este taller pretendo desvelar al menos una esquina del cuadro que las retrata, para percibir, entender y apreciar los matices que pueden aportar sus pinceladas en el lienzo de nuestra cocina.
